Intervención para el control de la conducta agresiva

Intervención para el control de la conducta agresiva

¿Necesitás terapia?

Nuestros colegas de Mariva Psicólogos (Valencia, España) nos refieren en este artículo una técnica de intervención para el control de la conducta agresiva.

 

Comenzaremos el artículo refiriéndonos a Berkowitz, quien estableció la diferencia entre hostilidad como una actitud negativa hacia otros, ira como un conjunto de sentimientos sin una meta concreta y agresividad, que hace referencia a una disposición relativamente persistente a ser agresivo, lo cual, tendría una meta concreta voluntariamente.

Además, este autor reformula la clásica teoría de la Frustración-Agresión de Dollard y Miller, puesto que, la frustración no provoca agresión inmediatamente, sino que genera en el individuo una activación emocional, "ira", la cual produce una disposición interna hacia la conducta agresiva cuya manifestación se ve acentuada en el caso de existir señales estimulares. Esta es la teoría de la señal- activación de Berkowitz.

 

Las teorías conductuales han entendido la agresividad como conductas aprendidas, que ocurren y se mantienen a partir de las contingencias de reforzamiento y castigo inadecuado, por ejemplo, si han actuado de forma agresiva y, en lugar de ser castigados, reciben halago social, puede mantenerse esta conducta. Es decir, esta vertiente psicológica mantiene que aprendemos a actuar agresivamente si obtenemos algo positivo tras estas conductas y/o no obtenemos castigo o este no se ha aplicado adecuadamente. Por lo tanto, las intervenciones conductuales, se basan en el desaprendizaje de la conducta agresiva a través de las contingencias adecuadas de refuerzos y castigos.

Por otro lado, la perspectiva del aprendizaje social, plantea que el desarrollo de la agresión se realiza a través de la observación de las conductas violentas en los otros y sus consecuencias. Por lo tanto, entendiendo la agresividad como un fenómeno aprendido, utilizaríamos técnicas de modelado consistentes en la observación, imitación y ensayo de conductas incompatibles con la conducta agresiva.

El modelo cognitivo, considera la conducta agresiva como una manifestación del sistema personal de constructos y de los pensamientos irracionales, por lo que, el foco de la intervención se encuentra en la identificación, sustitución de estos pensamientos, así como, la construcción de un sistema de creencias personales alternativas.

En los modelos socio-cognitivos, se conceptualiza la conducta agresiva como consecuencia de una inadecuada resolución de problemas interpersonales. La persona malinterpreta la situación social, considerándola una amenaza y una provocación y ello activa su ira.

 

 

En Mariva Psicólogos, utilizamos las estrategias cognitivo-conductuales, es decir, combinaciones de técnicas de modificación de conducta junto con técnicas cognitivas. Sostenemos la hipótesis de que las conductas violentas se dan por la conjunción de factores biológicos, sociales, de aprendizaje, cognitivos…, es decir, los factores mencionados según cada perspectiva, generan vulnerabilidad en el individuo hacia la conducta agresiva. Modificamos la conducta agresiva aplicando una variedad de contingencias de reforzamiento y castigo mientras se modifican los pensamientos, para ello, se utilizan técnicas como el entrenamiento en habilidades sociales, resolución de problemas, estrategias de autocontrol. Por otra parte, las estrategias cognitivo conductuales son las más avaladas por datos de adecuada eficacia para la reducción de la conducta agresiva.

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