Cómo hacerle frente al duelo por la pérdida de un ser querido en 4 fases

Cómo hacerle frente al duelo por la pérdida de un ser querido en 4 fases

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Cuando hablamos de duelo o pérdida, podemos hacer referencia a un sinfín de situaciones. A lo largo de nuestra vida probablemente hayamos experimentado unos cuantos, con sus respectivas consecuencias y quizás no siempre siendo completamente conscientes e lo que aquello significaba. Algunos de esos duelos pueden tener que ver con la pérdida de un trabajo, al cual asistimos durante muchos años o que representaba nuestro sustento económico. Otra situación puede ser la pérdida de la salud, y la adaptación a un nuevo estilo de vida. Particularmente, en este artículo hablaremos del duelo por la pérdida de un ser querido.

Perder a alguien amado se encuentra entre las primeras situaciones más estresantes que uno puede atravesar. Muchas variables influyen en cómo será interpretada y, más tarde, resuelta esta pérdida, pero inevitablemente traerá consigo una alta carga de angustia, y tristeza. Sin embargo, es muy importante saber que estos sentimientos son normales, y qué de alguna manera será algo que debemos afrontar.

A partir del momento de la pérdida se produce un encadenamiento de procesos mentales y emocionales que comúnmente se conoce como “duelo”. Por lo general, la noticia tiene un primer impacto muy fuerte, incluso si la muerte era esperada. Es común sentirse aturdido, sin poder creer lo que está ocurriendo. Esta falta de respuesta emocional puede llegar a sernos útil por un tiempo, para organizarnos y poner las cosas en orden, aunque también puede significar estar estancado en una cierta negación que no permite la correcta elaboración del duelo.

ETAPAS DEL DUELO

De manera descriptiva, las fases del duelo se dividen en 4 etapas:

  • Una breve fase de embotamiento: es la reacción inmediata frente a la noticia y puede durar horas, días o semanas. El primer impulso es rechazar la novedad dolorosa. Es una forma de aplicar “anestesia” frente a tanto dolor. Puede aparecer también dolores en el cuerpo y reacciones de enojo y de ira, con el personal de salud que “no pudo salvar” al ser querido e incluso con la persona fallecida por habernos abandonado.
  • Fase de anhelo y búsqueda de la persona querida: el ánimo se va apagando un poco y se convierte en tristeza, ensimismamiento y falta de proyectos. Se va incorporando de a poco la idea de la muerte. Hay una sensación constante de querer encontrar a la persona perdida, o de haber preferido la propia muerte. Esto hace que resulte difícil  concentrarse o dormir bien. Pueden aparecer sentimientos de culpa: por no haberla cuidado mejor.
  • Depresión y desesperanza: este proceso a veces dura varios meses. La ausencia ya es sentida como definitiva. El dolor irrumpe con accesos, de modo espontáneo e inexplicable, despertado por alguna cuestión circunstancial: una canción, un lugar, incluso un olor.

Un duelo que no se ha transitado completamente puede conducir a la depresión.
Cuando esta depresión se extrema, puede acabar en un suicidio.

  • Hacia la reorganización: a medida que pasa el tiempo, se va percibiendo gradualmente una sensación de alivio. Cada vez la tristeza es menor y se puede empezar a pensar nuevamente en proyectos futuros. Mejoran el sueño y la energía.

Estas etapas no siempre se dan en orden. A veces se puede volver sobre una y otra, y los tiempos de cada una dependen de cada persona. Lo importante es saber que todas ellas son normales, y que cada uno debe permitirse vivirlas a su manera, sin preocuparse por lo que “debería ser” y obligarse a poner buena cara y “estar bien”.

¿CÓMO HACERLE FRENTE AL DOLOR?

  • Tómese las cosas con calma: es mejor no tomar grandes decisiones vitales en esta etapa, ni hacer grandes cambios.
  • Utilice sus redes de contención: hablar sirve desde lo emocional y lo práctico, pero a veces sólo se necesita distraerse de tanto pensar. Salga con amigos, vaya a ver una película por más de que no sienta ganas o fuerzas.
  • No descuide su salud: intente seguir comiendo bien, haciendo ejercicio y encontrando momentos para el descanso.
  • Trate de permanecer en contacto con otras personas amadas, para no sentirse sólo en caso de no quererlo.
  • Cuando sienta que puede, y con ayuda de otras personas, ordene las pertenencias y ropa del ser querido.

 

 

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